Todos tenemos alguna idea de cómo funcionan las alarmas, pueden detectar movimiento, apertura de puertas o ventanas, corte de algún tipo de barrera no visible etc. Pero hay dos cosas que todas necesitan, corriente eléctrica y wifi para mandar las alertas.
Tras 7 años de desarrollo, por fin hemos podido crear una alarma que no necesita ninguna de estas dos cosas, corriente eléctrica ni wifi.
Gracias a la gran eficiencia energética de los nuevos dispositivos IoT y junto con la integración de sus propias comunicaciones de ultra bajo consumo por fin hemos podido crear una alarma con tres años de autonomía y además sin cuotas.
No tienes que hacer nada, no hay cables, ni emparejamientos ni complicadas apps que configurar. Simplemente lo pones en la puerta junto a un pequeño imán y cada vez que la puerta se abra recibirás una alerta en tu móvil, así de simple.
Gracias al encapsulado IP68 también la puedes instalar en exteriores con total tranquilidad.